¿Cómo Aprendo A Decir Que No?

Hay ciertos momentos de la vida en los que es válido decir que NO.

Velo así; decir que NO es parte de tu libertad de elección. Esta forma de pensar podría interpretarse como un poco irresponsable. Sin embargo me he dado cuenta que es todo lo contrario.

Decir que NO es un acto de sinceridad con el prójimo.

Yo lo utilizo cuando sé que NO voy a comprometerme como me gustaría con algo o con alguien. Si ese es el caso entonces prefiero desde el inicio de la propuesta, decir a esa persona que NO y lo hago con toda franqueza y cortesía sin cerrar las puertas a que en un futuro pueda cambiar de opinión.

Y aunque muchas veces es una respuesta que no se esperan de mí y que también es poco común, casi siempre me suelen dar las gracias por mostrarme sincero.

Y haciendo memoria mi yo del pasado no era así. Por el contrario antes yo solía decir que sí a casi todo.

Y a veces decimos que sí solo por decirlo, sin pensar en los efectos a posteriori.

Si te das cuenta es común emocionarnos rápido cuando nos hacen alguna propuesta y decimos que SÍ. Y muchas veces nos hacemos de compromisos que no estamos dispuestos a cumplir al 100%.

Pero ese SÍ nos “obliga” a mantener la palabra y entonces nos forzamos a permanecer en todo lo que venga aunque muchas veces ni sepamos de qué se trata ni nos entusiasme tanto hacerlo.

Al menos así me solía suceder a mí. Y créeme era estresante hacer frente a mil batallas.

Ahora, antes de tomar una determinación para involucrar algo más en mi vida personal o profesional me pregunto sí estaré dispuesto a comprometerme al 100% con esa iniciativa o persona, al menos en el periodo de un año y si hace sentido lo que me plantean con mis intereses y metas.

Si corresponde entonces me abro a la experiencia y le entro de lleno, sin dejar nada de mí.

Si por el contrario no encuentro esos motivos y mi intuición me dice que no es un buen momento para dar ese paso entonces decido sincerarme y decir que NO me es posible porque por el momento mi enfoque está en otros temas.

No sin antes hay que agradecer a la persona que se acerca a ti con una propuesta y como muestra de cortesía brindarle alguna recomendación de alguien más que disponga del tiempo e interés para apoyarle en lo que sea que te este solicitando a ti.

Es una manera simple y generosa de diversificar las oportunidades con tu circulo de personas más cercano y a la vez de dejar la puerta abierta a futuras colaboraciones.

Tengo que confesar que con esta mentalidad también es probable que me haya perdido de algunas oportunidades valiosas al rechazar ciertas propuestas pero estoy seguro que practicar esta forma de decidir me ha ayudado a concentrar mis esfuerzos en lo que de verdad hace sentido para mí.

Me ha dado algo muy valioso que es: la claridad mental.

Hoy prefiero comprometerme totalmente en aquello que me encanta y que sé que puedo hacerlo de la mejor manera a dispersar mi atención en mil compromisos que no apunten a una dirección similar a la mía.

Te invito a que experimentes la gentileza de decir que NO pero sobre todo me gustaría que lo hagas para enfocarte en aquellas actividades en las que realmente puedes aportar más valor.