Robin Sharma tiene un vídeo en el que habla acerca de los baby steps (pasitos de bebé).
Es una analogía que se inventó él o alguien más para hablar del progreso continuo a través de nuestras acciones.
Los bebés cuando están aprendiendo a caminar pasan por un proceso constante de práctica.
Comienzan sosteniendo su cabeza, con el tiempo aprenden a gatear, saltar y a pararse de pie para que en algún momento dado logren caminar con confianza.
Es un hecho que durante cada etapa se van a caer, sin embargo, al ser una práctica natural en la que no están enfocados 100% en el resultado, persisten hasta lograrlo.
Cuando somos adultos nuestra personalidad se fortalece y comenzamos a ser conscientes de los resultados que queremos alcanzar en lo que hacemos.
Esa autoconsciencia e interés por alcanzar nuestras metas debe ir acompañada de práctica constante en la actividad que queremos mejorar o dominar.
Sí, como los bebés. Ir paso a paso y día a día haciendo lo que tenemos que hacer para fortalecer nuestras habilidades y capacidades.
Ser constante es ejecutar a diario nuestras tareas con absoluta determinación.
Y tomar decisiones que nos acerquen al futuro que pensamos es el escenario ideal para nosotros.
Cuando eres constante en lo que haces tus sentidos se pulen por lo que se te facilita detectar oportunidades que sin ella te sería difícil detectar.
La práctica continua y determinada es imposible que no genere resultados positivos.
Desarrolla la constancia haciendo consciencia en las actividades en las que decides invertir tu tiempo a diario.
Procura que sean prácticas que te acerquen a tu mejor versión, con el tiempo adquirirás la confianza que te traerá oportunidades que ni siquiera habías considerado.
